GRACIAS JOAN

Publicado: enero 20, 2018 en Formación Musical

¡GRACIAS JOAN!

Uno, a veces, aunque alcance la profesionalidad y a veces el reconocimiento, si el Maestro sigue vivo, el rol de discípulo eclipsa toda esa «realidad» circundante que a veces la inmediatez del suceso, de vivir el presente contínuo y la tendencia de siempre mirar al horizonte, enturbiado y distorsionado por los episodios y compromisos, la mayoría de las veces, desagradables que te asaltan a los lados del camino, ese rol de discípulo, como decía, que abre su alma y permea cada palabra del Maestro, borra de un plumazo esa dinámica supeflua e incluso frívola del presente cotidiano.
No sé si estar contento hasta el paroxismo o preocupado por no saber si éste suceso (que ya esperaba) va a hacer de mí alguien aún más insoportable, pero de pronto vuelto a estar en la veintena, en la mágica nebulosa en la que me encontraba en aquellos años de jornadas interminables en su casa, como hoy me ha vuelto a recordar, mientras me repetía una y otra vez.
«Después de todo lo que te enseñé…»
Nunca me lo había dicho hasta hoy.
Su crítica, tanto lo inmensamente bueno como lo menos bueno, tanto la alabanza como lo constructivo en forma de consejos de todo lo que aún me queda por mejorar en mi lenguaje, mientras mi saliva pasaba por mi gaznate mezclando lo agrio de la estúpida soberbia infantil ínsita en el creador y la frescura del que aún es discípulo y bebe conocimiento a borbotones con los cinco sentidos, en otras palabras, discurso mucho más constructivo aún porque ahí sí que existe la enseñanza real del que ha sido tu Maestro. El espaldarazo, el reconocimiento y el reiterativo «Me ha sorprendido enormemente para bien tu evolución desde que te fuiste», apartándome con comentarios punzantes y crudos del común de lo que se produce hoy en día, con una renovada complicidad que me ha sonado a gloria tras aquella terrible crisis que un centro infame, dirigido por verdaderos imbéciles, en su momento creó entre los dos, que muy en el fondo aún podía permanecer a modo de escoria residual, me ha devuelto la vida y ha suturado mis crisis existenciales como compositor.
Camino de tres décadas de estrecha y sincera relación, él siempre me decía, a mis veinte, – «considera que te hablo como un padre» -, las únicas personas de las que he bebido inspiración y he tomado muy en consideración lo que ellos podían pensar de mi trabajo desde siempre han sido María Luisa y Joan, la primera siempre está ahí, el segundo hoy me ha devuelto las ganas con su crítica honesta. Mi Maestro me ha reconocido y se sentía muy orgulloso empujándome a morir sin apartarme ni un paso de este camino, aunque no encuentre ninguna luz al final.
Hoy el resto de improperios, estupideces, opiniones necias y labores infames que el «destino» me pueda «obligar» a realizar para sobrevivir, vuelven de una patada frontal al mundo de las cloacas, de dónde nunca deberían haber salido y ante las que jamás debería haber perdido un segundo (tanto las buenas como las malas), las críticas quedan obsoletas desde hoy, la crítica que tendré presente hasta el final es esta que me acaba de hacer el único con absoluta autoridad para hacerla, hoy soy pobre en capital pero inmensamente rico en orgullo, esperanza y reconocimiento.
Gracias Joan, por reconocer que todo el tiempo que invertiste desinteresadamente en mí ha dado su fruto, gracias por no haberte defraudado.
¡A componer!, ahora sí, poco a poco, muy despacio pero Bien, con poco catálogo pero con la calma y la paz espiritual que solo la honestidad aporta, sin apartarme del camino que tú me mostraste, ni un solo paso…
Hoy soy joven, hoy soy incluso un niño en esto…
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