No existe la creación sin sentir un profundo y sincero amor por alguien,
la empatía es el vórtice del que parte toda necesidad de expresión,
el ego es la antinomia de la creatividad, amarse a sí mismo tanto,
que haga del hecho de amar a alguien, un ejercicio cínico de autosatisfacción,
de fugaz necesidad de cubrir necesidades personales, corrompe con funcionalidad la creatividad,
por esto en el neoliberalismo no puede existir jamás creatividad, de ningún tipo,
simplemente sería algo parecido a erradicar el oxígeno de nuestro ciclo vital.
Cuando sustituyes el enamoramiento por el interés personal,
la necesidad de amar a otra persona por el beneficio económico o político,
se pierde toda honestidad, capacidad y creatividad natural,
te conviertes en maquinaria o en un ente estéril con aparentes signos vitales.
Podemos disfrazarlo o cubrirlo con una pátina de cientifismo,
de intelectualidad, de artificialidad, de funcionalidad.
Podemos escribir líneas infinitas de lógica, física y metafísica
sobre la creatividad, podemos matematizarlo absolutamente todo.
Podemos olvidar o suplantar nuestra condición por satisfacer leyes de mercado,
por convertilo en proceso de cadena de montaje para vivir fabrilmente, pero,
solo la capacidad de amar a alguien es la que aporta la necesidad irreprimible de crear.
Cuando el creador pasa por una crisis existencial, ergo creativa, normalmente es porque
ha caído en este craso error y ha mecanizado su vida hasta que la honestidad aparece.
La epistemología profunda, el trabajo constante de superación y por último,
el ofrecer el resultado final a quien amas, son la pirámide trigonal del acto creativo.
El instinto sin conocimiento sobre la materia, la cómoda simplicidad y la fugacidad del proceso,
reflejan la escasa profundidad de la experiencia empática inexcusable en el acto creativo,
muestra la espuria y distorsionada percepción que se tiene de uno mismo,
debido al amor incondicional que se poseen sobre uno mismo, valores neoliberales sin excepción.
Debemos comer y vivir si hemos conformado de la creatividad nuestra forma de vida,
pero esto en sí mismo es una paradoja, utilizar el concepto «fabricar» o «producir», no «crear»,
ayuda realmente a no equivocarse nunca del momento en el que nos encontramos.
Somos lo que somos, negar nuestra realidad biológica y animal es negar el propio Arte.
Ni que decir tiene que, aúnque el hecho de enamorarse sea sumamente «común»,
hacerlo con honestidad y discernirlo del cubrir una necesidad, es extremadamente complejo,
tanto o más que el propio proceso creativo.
Morir se hace más doloroso cuanto más amor atesoras en el instante en el que mueres,
estar preparado para una muerte sin dolor existencial es la antinomia de crear vivo.