El estío es una lápida para el discernimiento, el momento en el que la Alimaña blanca merodea y se acerca zigzagueante exhalando incineración, mi ánima comienza a hundirse y absolutamente todo pierde su sentido, su aliento incluso obliga a mentir a la luz.
En román paladino, qué puto asco siento por el verano, la época más frívola y estúpida del año, supera incluso al que profeso por los señores con corbata.